2009-07-11

Los envió de dos en dos

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió:
—Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies…
Mc 6, 7-13


Jesús envía a sus discípulos a predicar y a curar, como él mismo hacía. El equipaje del apóstol es ligero: ni capa de repuesto, ni dinero, ni grandes seguridades. Así también hoy los seguidores de Jesús somos enviados en misión a nuestro mundo. No necesitamos grandes preparativos para anunciar a Dios. Quizás más bien tengamos que desprendernos de muchas cosas. Salimos al mundo con una única certeza, una única seguridad: la que nos da el mismo Jesús, que concedió a sus discípulos “autoridad sobre los espíritus inmundos”. ¿Qué significan estas palabras? No se trata de otra cosa que el aliento de Dios, su Espíritu Santo. Su amor ahuyenta el mal, es nuestra única arma y a la vez nuestra mayor fortaleza. Con él nada hemos de temer, porque procurará nuestro sustento, nos protegerá y nos dará las palabras y la inteligencia necesarias para cumplir nuestra misión.

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