2009-12-26

Navidad y Sagrada Familia

Esta semana celebramos algunas de las fiestas más importantes del año cristiano. Ayer, Día de Navidad, recordamos que la Palabra en Dios se convierte en acción, en carne, en vida, y que viene a acampar entre nosotros. Os invito a leer esta reflexión sobre el hermoso inicio del evangelio de Juan.

Y este domingo nos reunimos para celebrar la fiesta de la Sagrada Familia, coincidiendo con la Jornada de la Familia, un evento multitudinario en Madrid, que reúne a fieles de muchos países. La familia de Nazaret, hoy, sigue siendo un ejemplo de humanidad y una verdadera escuela de donde extraer valores imperecederos. Leer más aquí.

2009-12-19

Ser portadores de Dios

4º domingo de Adviento -C-
En el evangelio de hoy, la visitación de María a Isabel, encontramos una escena que desprende alegría. Dos mujeres, una anciana, la otra no desposada, descubren el gozo de ser madres y aún más allá: de ser favorecidas y amadas por su Creador.
María atiende a su prima encinta y le lleva mucho más que su compañía y su ayuda humana: le lleva al mismo Dios.

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2009-12-12

Yo os bautizo con agua...

En esta lectura, descubrimos el mensaje de Juan Bautista y la revolución que causaba en las gentes de su tiempo. Su bautizo de agua es el paso previo a otro bautizo, "de Espíritu Santo y fuego", que transformará definitivamente el corazón humano.

El bautismo de Juan es necesario: supone una ascesis liberadora, un ejercicio de humildad, de renuncia al poder, al afán de dinero y a la codicia material. Sus consejos a las gentes forman parte de una ética básica y universal, necesaria para garantizar la justicia y la buena convivencia. Son recomendaciones que también invitan a dejar lugar a Dios en nuestra vida. Para limpiar nuestro interior, es necesario un esfuerzo por nuestra parte. Pero Juan ya predice que hará falta otro bautismo para convertirnos.

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2009-12-05

Un grito en el desierto

2º domingo de Adviento -C-

En la lectura de hoy, vemos cómo la palabra de Dios enciende el espíritu de Juan y lo empuja al desierto. Allí comenzará a predicar. La conversión a la que llama Juan es preparatoria a la venida de Jesús. Él habla de bautismo y perdón. Son los pasos previos que allanan el camino y facilitan el encuentro gozoso con el que viene: el mismo Dios. El desierto es símbolo del corazón que se despoja de todo lo sobrante para poder recibir un don más grande.

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