2009-10-16

He venido a servir

En el evangelio de hoy continuamos viendo las discusiones de los apóstoles, ávidos de supremacía sobre los demás, y la pugna que Jesús mantiene con ellos para mostrarles, una y otra vez, que su misión no es mandar, sino servir; su poder no es la dominación, sino el amor. Y que el más grande no será quien busque mayor gloria, sino aquel que sepa entregarlo todo hasta el límite.

Es una lección de humildad tan actual hoy como en tiempos de los primeros apóstoles. Seguir leyendo aquí...

2 comentarios:

jose antonio dijo...

Como bien indicas; Jesus nos enseña el valor de servir
Alguien me dijo en una ocasión que cada mañana, al levantarme, debía dedicar el día a alguien y en todas las actividades que realizara durante las 24 horas, debía tenerle presente. Puedo asegurar que, a pesar de que no siempre es tarea fácil, ejerce una fuerza motriz sobre el organismo y la mente que te permite superar barreras, fatigas, miedos y cualquier tipo de resistencia real o imaginaria. Merece la pena intentarlo… cada día.
Pero en estos tiempos, servir a los demás es una actitud claramente devaluada. Todos conocemos ejemplos de personas que nos han atendido con desidia o con mala educación, o que sólo ven en nosotros un medio para ganar dinero o un estorbo a su placentera inapetencia vital.
Se confunde con descaro entre “servirse de” y “servir a”. Aprovecharse del esfuerzo de los demás en beneficio propio, buscar la comodidad, en lugar de vivir la vida con generosidad y compromiso.
Por fortuna, también son incontables los ejemplos de personas que llenan su vida sirviendo a los demás, bien sean su familia, sus vecinos, su empresa o incluso a la Divinidad de su propia religión.
Todos ellos tienen algo en común, lo hacen con ilusión, optimismo y paciencia, lo que garantiza un mejor resultado final en su quehacer diario, una mejor imagen en su entorno y una plena satisfacción interior.
Ese es el gran valor de servir.
Nuestra vida y la de quienes nos rodean sería más fácil si cada día al levantarnos nos gritáramos a nosotros mismos: ¡ten valor y sirve a los demás!

Joaquín Iglesias Aranda dijo...

Gracias, José Antonio. ¡Es un excelente comentario! Y comenzar el día proponiéndose servir y dedicar nuestros esfuerzos a otra persona es realmente una gran fuerza motivadora.