
Jesús se nos hace presente en el trabajo de cada día. ¡Cuántas veces nos desesperamos cuando trabajamos con ilusión y no cosechamos el fruto deseado! Entonces nos desanimamos. Jesús nos invita a trabajar de otra manera. ¡Es el Señor! Estas palabras de reconocimiento nos abren a la experiencia íntima y cercana con Aquel que puede cambiar toda nuestra vida.
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