2009-06-13

Corpus Christi

Ciclo B
“Tomad, este es mi cuerpo”
Mc 14, 12-26


En esta festividad del Corpus, una de las más importantes del año litúrgico, celebramos que Dios se nos da, en Jesucristo. La entrega de Jesús por amor supera todos los sacrificios que puedan ofrecerse a Dios. Muchas personas aún viven la espiritualidad del holocausto. Piensan que cuantas más cosas ofrezcan a Dios, cuantos más méritos acumulen, más recibirán de él. La gran noticia para los cristianos es que Jesús ya ofreció el máximo sacrificio por todos: su propia vida. Lo que nos salva ante Dios no son nuestros méritos, sino su amor. Lo que más puede agradarle es que recibamos su regalo, el cuerpo y la sangre de su Hijo, y que sigamos sus pasos con nuestra vida.
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