Nadie puede servir a dos amos. Pero cuando hablamos de dinero, en seguida saltan todas las alertas. ¿Por qué nos duele tanto? Jesús, siempre pedagógico, explica con la parábola del sirviente astuto y varias comparaciones cómo no es posible entregar el alma a Dios si el dinero, en vez de ser un medio útil, se convierte en el fin y en el centro de nuestra vida.
Al mismo tiempo, nos invita a usar con inteligencia nuestros recursos e invertir dinero para el bien.
Evangelio: Lucas 16, 1-13.
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