Llamando a sí a los
doce, comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus
impuros, y les encargó que no tomasen para el camino nada más que un bastón, ni
pan, ni alforja, ni dinero en el cinturón, y se calzasen con sandalias y no
llevasen dos túnicas. Les decía: Dondequiera que entréis en una casa, quedaos
en ella hasta que salgáis de aquel lugar, y si un lugar no os recibe, ni os
escucha, al salir sacudid el polvo de vuestros pies…
Mc 6, 7-13
Los primeros misioneros
Llega un momento en que
Jesús envía a sus discípulos para iniciarse en la tarea de la evangelización.
Los envía en su primera experiencia apostólica y les da sus consejos. Estas
palabras son
fuente de inspiración para nuestra tarea pastoral hoy.
¿Cómo anunciar el reino
de Dios en el mundo? Jesús les aconseja guardar una actitud humilde y no llevar
un gran equipaje en el camino. En la predicación no se trata de convencer, sino
de hacer descubrir al otro, mediante el testimonio, que vale la pena
preguntarse por Dios y acercarse al misterio de ese amor tan grande que nos
sobrepasa.
Jesús les advierte que
tengan una actitud tranquila y serena. La evangelización no es una colonización
ni una conquista. Si os acogen, les dice, dadles la paz y permaneced en esa
casa. Si os rechazan, marchaos en silencio y sacudíos el polvo de los pies…
Nadie puede obligar a otro a creer. Para tener fe es preciso estar abierto y
escuchar.
Evangelizar hoy
¿Cómo evangelizar hoy?
Hemos de comprender las claves de nuestra cultura moderna para saber cómo
testimoniar nuestra vivencia de Dios. Nuestra sociedad se caracteriza por el
culto al yo, disfrazado de muy diversas formas de narcisismo, y por el culto a
la ciencia y a la tecnología. Se trata de una sociedad apática ante Dios, que
no parece necesitar la trascendencia. Sin embargo, está hambrienta de ella.
Jesús nos da pistas para
nuestra labor evangelizadora. Y en estos criterios difiere de otras religiones.
Por ejemplo, los primeros líderes musulmanes fueron instruidos para librar una
guerra santa, llevando como armas la espada, el caballo y la mujer. Jesús
advierte a los suyos que no lleven gran cosa en el camino. No adiestra
guerreros, sino que forma un grupo de amigos y los invita a conocer a un Dios que
es Padre y es Amor.
Las tareas del apóstol
Los primeros discípulos
hicieron tres cosas: predicaron la conversión del corazón, quitaron demonios y
curaron enfermos.
La conversión no significa otra cosa que un giro, un cambio radical de
actitud. Predicar la conversión significa anunciar que vale la pena salir de
nuestro ensimismamiento y mirar hacia el otro. Convertirse implica abandonar el
egocentrismo y situarse en el mundo
de otra manera, con humildad y sencillez, volviendo nuestra
vida hacia el rostro de Dios. Es ser consciente de que Él nos llena y nos ama.
La expresión “sacar demonios” se entiende como una
lucha contra el mal, que se manifiesta de muchas maneras. Los cristianos
deberíamos llegar a ser “guerreros de paz”. Nuestra batalla es arrancar el
egoísmo que arraiga en el mundo para que Dios penetre en nuestras vidas. Estar
poseído de uno mismo es la peor de las posesiones, y se da cuando la persona se
encierra en sí. Estamos llamados a vivir con intensidad la plenitud de Dios y a
luchar contra todo lo que rompe su reino en la tierra.
También se dedicaron a curar enfermos. Hoy en el mundo falta
mucha salud, y no sólo física, sino espiritual. La salud divina da sentido a la
existencia humana. Muchas personas enferman por falta de ternura, de
comprensión, por no encontrar respuesta a sus interrogantes, por falta de
ilusiones, de esperanza, por falta de Dios en su interior.
Los bautizados damos un
paso adelante. Dios entra en nuestra vida. Nos llama a luchar contra todo lo
que pueda alejar al mundo de
su Creador, y a acompañar y sostener a muchas personas
enfermas, solas o necesitadas de ayuda y consuelo. Hoy, más que nunca, hemos de
ser fundamentos sólidos para que la vida de Dios pueda ser edificada en nuestro
interior. Necesitamos ser firmes en nuestras creencias y capaces de celebrar el
amor de Dios, que no es otra cosa que hacer cielo en nuestro mundo.
Esta es la vida del cristiano: predicar, curar, acompañar… y todo esto
se sostiene en la oración. El mundo necesita gente tenaz, sincera y convencida.
Necesita la ternura de Dios. Dejémonos invadir por su amor.
1 comentario:
Si hay comentarios, Padre Joaquin,..!!
Dejémonos llevar por la voluntad de Dios,., Si,..!!,.., no obstante, dejémos que el Espiritu Santo, abra las puertas de nuestra Alma antes,.., porquesi no es así,.., Dios Nuestro Sumo hacedor,., se vá a encontrar con el anuncio en la Puertta, Si,.., pero, ésta, prrmanecerá aun cerrada, si no dejamos entrar esa Blanca Paloma en nuestro Espíritu.
Una cosa es ir a Misa, Físicamente, otra cosa, mes que el Sentimiento de la Eucaristía, haga mella en nosotros, y comience a abrir nuestra Puerta, para dejar entrar a Dios. Lamentablemente hoy,.., muchos, poseen Puertas Blindadas, no solamente en sus casas,..!!!
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