El evangelio de hoy nos
presenta a Juan Bautista con su fogosa predicación. Juan no dejaba indiferente
a nadie. Su discurso gustaba, pero tampoco era cómodo. A quienes se bautizaban
por curiosidad, o por quedar como santos, los increpa con dureza. ¿Hacéis esto
por parecer buenos? Lo que importa es la conversión auténtica, el cambio de
vida. No bastan las palabras y los gestos simbólicos, hay que abrirse al
vendaval de Dios, que sacude nuestra alma y nos invita a dejar nuestros lastres
y esclavitudes personales.
Preparad el camino al Señor. ¿Qué significa esto, para nosotros, hoy? Jesús ya
vino, y Jesús está vivo hoy. Pero si no le abrimos nuestra casa —nuestra alma—
estamos igual que aquellos judíos del siglo I que esperaban al Mesías y escuchaban
perplejos a Juan Bautista. Preparar el camino significa estar atentos, velar,
escuchar. Dios puede hablar y visitarnos de muchas maneras.
Yo os bautizo con agua. El agua es purificación y es vida. El bautismo de Juan es un paso importante en la preparación ante la venida del Señor. Implica un proceso de limpieza espiritual y compromiso con el bien, y es un acto de voluntad que requiere nuestro esfuerzo. Muchas personas centran su vida en la práctica virtuosa y la pureza interior. Buscan la perfección moral y se esfuerzan por mejorar y cambiar. ¿Qué descubren? Como san Pablo, se dan cuenta de que cambiar es dificilísimo y no basta con la voluntad. Uno nunca se cambia a sí mismo del todo, pese a la ascesis y la disciplina. Dios tampoco quiere que nos mutilemos ni nos deformemos espiritualmente. Nos hace falta algo más: el bautismo por Espíritu Santo y fuego. Si el agua es voluntad nuestra, el fuego es don y acción de Dios. Será él, derramando su amor, quien nos cambiará. No tendremos que forzarnos; él nos transformará desde adentro, con pasión y ternura, haciéndonos crecer y dando fruto. Nuestra hazaña no será alcanzar la perfección por mérito propio (esto despertaría nuestra vanidad, y nos alejaría de Dios), sino abrirnos a su amor y a su misericordia, los únicos que pueden cambiarnos y dar a nuestra vida un sentido nuevo y pleno.
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