Este domingo, el episodio de las bodas de Caná nos habla de dos aspectos clave de nuestra fe: nuestra confianza en Dios y su deseo ardiente de convertir nuestra vida en una fiesta, llena de belleza y alegría.
Dios no quiere reprimirnos ni someternos: nos quiere completos, sanos, realizados y creativos. Su amor transforma toda nuestra existencia. Pero antes, nosotros hemos de ponerla en sus manos, como aquellos criados que llenaron las jarras de agua y las presentaron ante Jesús.
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