El mensaje de Jesús es un anuncio, una buena noticia. El evangelio no es un conjunto de normas morales ni una doctrina, sino el gozoso anuncio de nuestra liberación. La gran liberación es soltar las cadenas del yo, que es la mayor esclavitud. Seguir leyendo aquí.
Este domingo, además, nos preparamos para celebrar la fiesta de la Conversión de San Pablo (25 enero), el hombre que perseguía a Dios y que fue alcanzado por el amor de Cristo. Su ejemplo nos enseña cómo Jesús puede cambiarnos por dentro, dando un giro radical a nuestras vidas.
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