En esta Semana Santa, a través de las procesiones y celebraciones, los cristianos seguiremos los pasos de Jesús. Estas fiestas no deben reducirse a rituales repetitivos, abstractos, meramente estéticos, pero vacíos. Tenemos que interioriar su contenido.
En el domingo de Ramos, encontramos a Jesús triunfante entrando en Jerusalén. Días más tarde, aquellos que lo aclaman gritarán, pidiendo que lo crucifiquen. ¿Sabremos acompañar a Jesús en todo momento, glorioso o de pasión?
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