2010-03-06

Si no os convertís...

Domingo III de Cuaresma - C -

El evangelio de este domingo es una lectura no exenta de cierta dureza. Ante dos acontecimientos infaustos, los judíos se preguntan por qué Dios castiga a las gentes con muertes aparentemente injustas. Detrás de su actitud asoma esa teología del castigo y la recompensa, que convierte a Dios en un juez implacable y a veces incomprensible. Pero Jesús rechaza este argumento. Las muertes por accidente o por violencia están muy lejos de la voluntad de Dios, que es Señor de la vida. Y aprovecha la ocasión para hablar de otra muerte aún peor: la muerte del alma, que se da en aquellos que se alejan de Dios y, como la higuera de la parábola, no dan fruto. Este evangelio nos toca también a los cristianos de hoy... ¿Somos árboles fecundos, o corremos el peligro de convertirnos en higueras estériles? Seguir leyendo aquí.

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