Ahondando en la palabra de Dios
Este blog pretende reflexionar sobre los evangelios dominicales de los tres ciclos litúrgicos, proporcionando un material que ayude a laicos y a sacerdotes a hacer una lectura del mundo de hoy a la luz de la palabra de Dios.
2025-05-02
3r Domingo de Pascua - C
2025-04-25
2º Domingo de Pascua - C - Domingo de la Misericordia
2025-04-11
Domingo de Ramos - ciclo C
2025-04-04
Olvida lo pasado, corre hacia lo nuevo
5º Domingo de Cuaresma - C
Lecturas:
Isaías 43, 16-21
Salmo 125
Filipenses 3, 8-16
Juan 8, 1-11
Homilía
2025-03-28
Reconciliarnos con Dios
Josué 5, 9-12
Salmo 32
2 Corintios 5, 17-21
Lucas 15, 1-3. 11-32
¿Cómo experimentamos su perdón? ¿Nos sentimos justos e irreprochables, como el hijo mayor del relato, merecedores de un premio y con el derecho a juzgar a los demás? ¿O nos sentimos tan miserables, como el hijo menor, que no nos atrevemos a ser hijos, sino solo siervos?
2025-03-21
Convertirse es vivir
3r Domingo de Cuaresma - C
2025-03-14
Ciudadanos del cielo
2º Domingo de Cuaresma - C
Salmo 26
Filipenses 3, 17 - 4,1
Lucas 9, 28-36
2025-03-07
Tentaciones en el desierto
Primer domingo de Cuaresma - C
«Jesús, lleno del Espíritu Santo, se volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto, y tentado allí por el diablo durante cuarenta días…». Lc 4, 1-13.Ante la flaqueza y el cansancio
La tentación del poder económico
El afán por dominar el mundo
La tentación del poder religioso
2025-02-28
El árbol se conoce por su fruto
8º Domingo Ordinario - C
Lecturas:
Eclesiástico 24, 4-7
Salmo 91
1 Corintios 15, 54-58
Lucas 6, 39-45
Homilía:
2025-02-21
Hombres y mujeres de cielo

Lecturas:
Samuel 26, 2-23
Salmo 102
1 Corintios 15, 45-49
Lucas 6, 27-38
Homilía:
2025-02-14
Como un árbol plantado junto al agua
Lecturas:
Jeremías 17, 5-8
Salmo 1
1 Corintios 15, 12-20
Lucas 6, 17-26
Homilía:
Esta es la pobreza de espíritu de la que hablan las escrituras. El pobre de Dios es el que no se deifica a sí mismo ni la obra de sus manos. Es dócil, es pacífico porque no tiene enemigos con quien luchar ni posesiones que defender; tiene el corazón tierno porque se sabe amado y sabe que todos necesitamos compasión y comprensión. Es libre, porque no se ata a los afanes de poder, fama y dinero que mueven el mundo. Tampoco se ata a sus propios ideales y juicios. Y esa libertad le abre a otra dimensión de la vida: la que explica san Pablo en su carta, la resurrección. Resucitar es nacer a una vida nueva que ya no muere. Jesús es la prueba viviente de esta promesa que nos espera a todos. Pero la resurrección se puede empezar a vivir ya en esta vida cuando uno ama, cuando está trascendido y abierto a Dios.
2025-02-07
5º Domingo Ordinario - C
«Rema mar adentro y echad vuestras redes.»
Lucas 5, 1-11
Hoy leemos, en las tres lecturas, tres historias de tres
llamadas. Y vemos que la llamada de Dios no sólo es un encargo y una misión. Previamente
hay un don. Ser llamado es una experiencia mística y transformadora, que nos
cambia para siempre.
En la primera lectura, Isaías está rezando en el templo.
Tiene una visión y contempla a Dios en su gloria. Ante tanta grandeza, es
agudamente consciente de su pequeñez y su pecado. Se siente indigno, manchado,
y teme morir. Pero Dios no destruye a sus criaturas ni las aplasta con su poder.
Al contrario: el profeta recibe una brasa ardiente que, al tocarlo, lo
purifica. Entonces Dios pide a alguien que sea su voz en el mundo. ¿A quién
enviará? Isaías responde: Aquí estoy, ¡envíame! Esa brasa que lo ha tocado es
el amor infinito de Dios. Quien se siente realmente amado, queda marcado para
siempre y está dispuesto a todo. Comunicar a Dios se convertirá en el centro de
su vida.
San Pablo explica su conversión y el enorme regalo de ser el
último de los apóstoles. Se siente lleno de la gracia de Dios, un amor
inmerecido que lo empuja a llevar su mensaje, incansable, por todo el mundo. La
pasión evangelizadora de Pablo no se puede explicar sin comprender el amor que
arde dentro de él, encendido por Cristo.
Finalmente, el evangelio explica la conversión de Simón Pedro, el
pescador. Tras una noche de faenar en el mar, sin fruto, Jesús le pide que
vuelva a remar mar adentro. Pedro,
desanimado, obedece. Y la obediencia obra el milagro. Cuando regresa con las
barcas, cargadas de peces, Pedro sabe leer en el acontecimiento algo más que
una pesca milagrosa. Entiende que Jesús lo llama, y se siente indigno. Es la
consciencia de ser pecador, que tantos santos consideran el primer paso para la
conversión. Comprender la propia pequeñez y miseria es el inicio de una nueva
vida. Los límites y defectos, incluso los pecados, no son obstáculo para la
llamada. Dios elige a quien quiere, y no por sus méritos, sino por su capacidad
de recibir amor. Quien más amor recibe,
más podrá transmitirlo, sin orgullo, pues se conoce, y con inmensa gratitud.
Esa humildad de no creerse grande y brillante, de no pensar que todo lo que
hacemos es obra nuestra, sino de Dios, es la que nos hace libres y ligeros para
volar esparciendo la buena noticia, sin miedo y sin preocuparnos por el qué
dirán. Cuando trabajamos por Dios y haciendo su voluntad, dejando a un lado
nuestras ideas y prejuicios, nuestros afanes de vanidad y de reconocimiento,
los frutos pueden ser asombrosos.
Dios nos ama y nos llama a ser sus colaboradores. ¡Qué alegría inmensa! En el momento en que escuchamos su llamada, todo pecado, toda herida, toda debilidad, queda sanado. Seguimos siendo nosotros, con todos nuestros defectos y limitaciones… pero ahora volamos en alas de alguien que es más grande. Él nos sostiene y nos lleva. Nos da todo lo que necesitamos —la gracia, como recuerda san Pablo—. Deberíamos entender la gracia de Dios como el regalo de su amor, ofrecido incondicionalmente, que nos da fuerzas para afrontar lo que sea. Basta que queramos recibirla.
2025-01-31
Presentación del Señor
Malaquías 3, 1-4
Salmo 23
Hebreos 2, 14-18
Lucas 2, 22-40
2025-01-25
Hoy llega la liberación
«Le entregaron un libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, dio con el pasaje donde está escrito: El Espíritu del Señor reposa sobre mí, porque me ungió para llevar la buena nueva a los pobres; me envió a predicar la libertad a los cautivos, a los ciegos la recuperación de la vista, para libertar a los oprimidos, para anunciar un año de gracia del Señor».
Sentirnos hijos de Dios, raíz de nuestra fuerza
Un mensaje liberador
Cada cristiano está llamado a ser liberador
Aquí tenéis una presentación en power point. Para descargar, clicad sobre en enlace:
2025-01-17
Una boda en Caná
II Domingo Tiempo Ordinario -C-
«Y, faltando el vino, dijo a Jesús su madre: “Hijo, no tienen vino”. Le respondió Jesús: “Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Aún no ha llegado mi hora”. Dijo su madre a los sirvientes: “Haced lo que Él os diga».
María confía en su hijo
Haced lo que Él os diga
La ley del amor
El milagro de la confianza
Esta es la presentación. Para descargarla, pulsad sobre el enlace.